Obvia decir que todo lo que sea luchar contra la soledad, conlleva un beneficio psicológico inmediato. De ahí que las nuevas soluciones habitacionales como las del Senior Cohousing que aportamos y hacemos realidad desde Hábitat Colaborativo, llevan implícitas una mejora en la calidad de vida de sus usuarios.
En esta ocasión, se ha pasado por nuestra casa para contarnos su punto de vista, Alejandro Núñez, psicólogo clínico, creador de psicologoalejandro.com.
Este post que estás a punto de leer es por tanto, un artículo de invitado de Alejandro, que a pesar de su juventud tiene una dilatada experiencia. Por cierto, permíteme recomendarte visitar su web y sus pizarras: divertidas, entretenidas y educativas.
Te dejo con Alejandro y su artículo.
La vivencia y experiencia de un Psicólogo Clínico
Hace ya un lustro tuve la oportunidad de realizar unos talleres sobre Estimulación Cognitiva dirigidos a personas mayores de 65 años. Ese era el único requisito, haber alcanzado esa edad. Os podéis imaginar que, ante una atención como es dicha Estimulación Cognitiva (que consiste en programar actividades para entrenar nuestra memoria y genere capas -sirva la metáfora de la cebolla-, que nos protejan de posibles fallos neurológicos), trabajar con un grupo heterogéneo no era lo más óptimo.
Me sorprendió cuando, con el paso de las semanas, me iban descubriendo unas necesidades personales bastante más parecidas de lo que podía imaginar al principio. Joven y rebelde, pensando que siempre llevaba la razón, hacía esfuerzos diarios adaptando e individualizando los ejercicios para grupos de más de 20 integrantes. Me equivocaba. La pérdida de Memoria era una motivación importante para estar allí y, por supuesto, siempre, siempre, siempre es positivo entrenarse. No obstante, aquello era un lugar de encuentro donde, al menos durante un par de horas, hacían frente a dos síntomas que parecían generalizados entre todos; el Sentimiento de Utilidad y la Soledad.
Estando allí se sentían capaces, tenían retos frente a ellos y a veces, aunque no fuese el fin, se convertían en auténticas competiciones. No se exigía un mayor compromiso, pero si alguna actividad se quedaba a medias, como si de los deberes se tratase, a la mañana siguiente la traían completa. Les hacía sentirse útiles, a sí mismos y para el resto del grupo; resolver dudas que otros no habían podido completar, colaborar y mostrar su esfuerzo.
No hace falta tener 65 o más para saber que la Soledad puede hundir incluso al mejor estado de salud que podamos tener. ¿Sería un factor de Riesgo la edad? No me gusta el dramatismo en torno a esa cuestión, con 60 y pico se sigue siendo joven actualmente, es una etapa magnífica donde se combina la experiencia con la libertad horaria, incluso hay un concepto con fuerza en la actualidad donde ya se empieza a hablar de la Cuarta Edad.
No obstante, sí. La respuesta es sí. Continuamente vemos noticias de personas mayores que fallecen solas. Podemos pensar que a cierta edad empezamos a madurar la idea de la muerte, pero cuando eso sucede nos damos cuenta de que nunca lo vamos a aceptar de buena gana (como es lógico). Las preguntas que escuchaba en cada taller y que unían Soledad y Miedo eran del tipo: “¿Y si me caigo y no hay nadie?” “Es que en mi casa vivo sola, el día que me pase algo no se enteran ni mis nietos…” “No me gusta ni dormir porque no hay nadie que me despierte si me pasa algo.”
Estos talleres dieron paso a unos grupos de reunión donde se escogía una temática (Duelo, Soledad, Sexualidad, Nuevas Tecnologías…) y así poder hablar abiertamente de lo que nos apeteciera, poniendo en bandeja la opción de desahogarnos, hacerlo en compañía y sentirnos útiles compartiendo nuestras ideas.
Cuando escuché hablar del Cohousing para Senior recuerdo que pensé “¡Eh, si esto ya está inventado!” Y me contestaron “Y sin embargo, todavía no se sabe”.
“Esto ya está inventado” porque automáticamente se me vino a la mente una de esas clases sobre Soledad. Cada uno participaba cuando quisiera, explicando lo que le apetecía, la única norma era no juzgar ni contradecir a un compañero. Esto iba funcionando muy bien hasta que, apenas quedando cinco minutos para acabar el taller levantó la mano un hombre de aspecto entrañable, siempre muy respetuoso y de aspecto muy cuidado (y ya entrado en la cuarta edad). Entonces dijo “No estoy de acuerdo, si sentís esa soledad es porque tampoco hacéis nada por evitarla”. Aquello destrozó toda la dinámica.
Por supuesto se le pidieron explicaciones, él señaló a otro compañero que había en la sala y dijo “Yo vivo con él. Yo no me siento solo”. A todos se nos pusieron los ojos como platos, no entendimos nada. Entre ellos dos no existía ningún vínculo familiar, los dos estaban bien entrados en edad y nunca se les había visto llegar o marcharse juntos. Nos sorprendió y quisimos saber más.
Ambos se habían quedado viudos; eran vecinos de bloque y, cuando uno perdió a su mujer, el otro junto con su pareja, le echaban una mano con la comida y en tareas del hogar. Cuando falleció la esposa del segundo ya no se ayudaban con la comida, ni si quiera se visitaban. Al parecer, tras varios días sin encontrarse por los rellanos, el mismo hombre que había levantado la mano durante el taller, tocó a la puerta de su vecino. Cuando le abrió, se lo encontró muy desaliñado, estaba triste. Estaba destrozado. No lo pensó mucho: “¿Me vengo aquí? Podemos echar el día juntos”
Para no andar subiendo y bajando de planta, prepararon una cama en otra de las habitaciones. Cada uno guarda su horario y sus costumbres, pero ninguno va desaliñado, ninguno está triste.
“Y sin embargo, todavía no se sabe”. Siempre parece que nos cuesta dar la razón. Pero así fue; como decía antes, recibimos noticias a menudo de personas que fallecen en sus casas. La escultura hiperrealista que denuncia la Soledad y el Aislamiento en mayores que podemos encontrarnos caminando por Bilbao bien puede servir de ejemplo sobre el intento de concienciación de este grave problema. Como con casi todo, también, nos centramos en el problema en lugar de darle solución. Y eso es lo que todavía no se sabía.
3 beneficios psicológicos del Cohousing
- Sentimiento de Utilidad durante el Cohousing: cada miembro de la vivienda puede participar activamente en tareas que benefician a los habitantes o, pasivamente, otorgando tranquilidad por el simple acompañamiento.
- Revertir la Soledad gracias al Cohousing: ¿te has preguntado en alguna ocasión por qué, cuando estamos solos en casa, ponemos la radio o la televisión de fondo? Somos una especie social por naturaleza. Igual que en el punto anterior, sea de manera pasiva generando ruidos propios de andar por casa, abrir puertas, mover cubiertos… o de forma activa dando conversación, siempre será positivo.
- Empatía con iguales debido al Cohousing: Igual que en la adolescencia, cuando lo que nos dicen nuestros amigos tiene más peso que lo que cualquier adulto o incluso nuestra propia madre pueda aconsejar; en nuestra etapa Senior hay aspectos que nos preocupan justo por eso mismo, por vivir ese momento, por tener miedos comunes y atender a los mismos factores de riesgo. Estar cercano a otras personas en unas condiciones similares nos consuela y nos hace sentir comprendidos.
¿Qué pensáis? ¿Nos centramos en la solución en lugar del problema?
Hola. Me llamo Ma. Jesús, tengo 65 años y quiero vivir en un lugar, no sé cuál, en compañía de otras personas
Me gustaría saber las condiciones. Gracias
Na. Jesús
Hola María Jesús. Gracias por dejarnos el comentario. En breve te enviamos mail con toda la información.